SEGUIDORES



VILCHES (Jaén): CIRCULAR Y VERTICE DEL CERRO MORTERO




VILCHES Y SU MORTERO.
ENTRE CERROS, EMBALSES Y OLIVOS




NO PODÍA IMAGINAR
ANTES DE COMENZAR ESTA RUTA,
LA CANTIADAD DE PEQUEÑOS
Y COQUETOS DETALLES QUE GUARDA.


QUIERO DEDICAR ESTA ENTRADA A MI COMPAÑERA ROCÍO, VILCHEÑA DE PRO, GRACIAS A ELLA HE PODIDO REALIZARLA PUÉS, AUNQUE LA PRIMERA INTENCIÓN ERA CORONAR EL CERRO MORTERO, ME PUSO EN LA PISTA DE LOS DETALLES QUE AL FIN Y AL CABO BORDAN LA RUTA.
SI POR MOTIVOS DE TRABAJO TIENE QUE ALEJARSE DE SU QUERIDO ENTORNO, QUE LA VISITA A ESTA PÁGINA LE PERMITA HACER UN RECORRIDO VIRTUAL Y LLEVARSE A SU PUEBLO ALLÍ DONDE ESTÉ.



La tarde del domingo era propicia para una breve escapadilla, cercana, fugaz. Me brotó la idea que traía hacía tiempo de pasear por Vilches.


"En la cima de un monte en forma de collado,
con tres cerros que le ofrecen sus faldas por asiento,
ha crecido Vilches”.

Los cerros del Castillo, el Cerrillo de S. Sebastián y el Cerro de la Serrana, han cobijado el urbanismo vilcheño.





La proximidad lo hacia un destino propicio. Además, tenía una cuestión pendiente allí: el Cerro Mortero.






La primera vez que vi el mar fue en Vilches. Si, si, en esta localidad cualquier cosa es posible. Con apenas 5 años acompañé a mi padre a un trato olivarero en el casino de la villa, cuando me asomé a la balconada y vi tanta agua junta corrí a mi progenitor pasmado diciéndole que el mar estaba fuera. Claro la ocurrencia causó la hilaridad de los presentes que en aquél momento no comprendí. Luego, en el camino de regreso mi padre me explicó que aquello era el embalse de Guadalen y que el mar era bastante más grande. Lamentablemente tendrían que pasar aún siete años más para que entendiera la explicación virtual de mi padre y darle toda la razón.





En mi familia siempre escuché que en el vértice del cerro Mortero había una oliva y esta había pertenecido a mi abuela Eulalia, vilcheña afincada en La Carolina desde su infancia. Por tanto había una razón sentimental en descubrir ahora, al cabo de los años, la famosa oliva que, por cierto, no es una sino tres las que encumbran este curioso cerro.





Hasta el topónimo de este singular cerro tiene su "cosa", se debe al parecido con los montones de cemento y arena que los albañiles mezclan con agua para sacar la pasta o mortero.





Poco tiempo atrás, los amigos foreros Paco y Pepe de Úbeda habían descrito una ruta circular por el otro gran cerro olivarero de Vilches, Jarabancil. Había que completar, por tanto, la del cerro opuesto y, más tarde, intentar unirlas en una gran ruta vilcheña junto con los cerros del Castillo, el de la Serrana, el de San Sebartián y el del Bobo.





Sin pensarlo dos veces me puse en marcha, en el camino tuve que hacer una obligada parada para otear el Piélago, ese monumento natural que tiene Vilches junto a la finca La Marquesa, a pie de carretera, donde un trozo de historia se detuvo en forma de puente romano sobre un acelerado torrente del río Guarrizas.






LA RUTA


Desde lejos es como el cerro del Mortero se muestra más característico. Su soledad geográfica se hace patente. Las olivas ascienden hacía su vértice en ordenadas filas.





Acercándonos a Vilches contemplamos los farallones de los cerros repletos de chumberas. Una simbiosis paisajística característica de Vilches, olivas, chumberas, pitas.





Una vez en el pueblo dejamos el coche donde podemos, lo más cercano a la Iglesia y su recoleta plaza de donde parte nuestra ruta





Desde la plaza tomamos la calle de Linares que se hace ascendente al continuarse con la del Portillejo para descender ya atisbando el campo en la calle larga calle del Zahorí, curioso nombre en un pueblo donde abundan los “videntes” del agua.




















Si volvemos la vista, tenemos la primera grata panoramica





Junto a esta calle, saliendo al camino aún quedan restos de los que fueron características viviendas vilcheñas, las casas-cueva diseminadas por varios lugares de la urbe, circunstancia que da un especial atractivo y es poco conocida. Terminando las últimas casas, ya en el camino de las Fuentezuelas (bonito nombre que alude a la sorpresa que nos depara el camino), nos desviamos a la izquierda hasta una planicie sobre las olivas, la era mancera, amplia era comunal, lugar de escarceo sobre el barranco con unas geniales vistas al valle del Guadalén y al pueblo.















Ya en el camino avanzamos hacia nuestro cerro, siempre encarado, hasta que llegamos a una bifurcación, aquí comenzará la parte circular. Tomaremos el camino de la izquierda, el de la Atalaya pues sobre el terreno parece esta cara del cerro más “amigable” para ascenderla hasta su vértice. A los pocos metros del cruce se abre el monte de la izquierda en forma de un espléndido mirador hacía el embalse de Guadalén, es el antiguo vertedero ahora sellado para esparcimiento y disfrute. Nos asomamos sobre el barranco de “Quiensuena” sobre la Vega ahora inundada en parte por las aguas del Guadalén.


















Este barranco tiene continuidad con el barranco de la Atalaya, una grata sorpresa, un hermoso pilar con un buen chorro de agua a pie de camino precedida de un llamativo molino de viento. Se trata de la Fuente de la Atalaya. Seguro que fue descanso obligado en los trasiegos de la vega al pueblo, donde dar de beber a las bestias y refrescarse tras la subida del barranco.












“En las noches del invierno la fuente de la Atalaya
a la fuente del Algarrobo le suele comentar,
que la fuente vieja tiene mucho frío de verdad,
porque el sol solo la besa en verano y nada más”



Tras refrescarnos en esta bonita y cuidada fuente, regresamos un centenar de metros sobre nuestro pies hasta un vadillo muy bien empedrado para las torrenteras. Es el lugar elegido para comenzar el ascenso al vertice geodésico. Nos serviremos del torrente del arroyo, de piedra arenisca que forma escalones para ganar altura fácilmente.





Sorprende esta zona por los olivos centenarios y los suelos de arquitectura agrícola realizados para que las torrenteras de agua no se lleven la tierra y las desraíce.








A medida que ascendemos, el empinado repecho nos obliga a resollar de vez en cuando lo que aprovechamos para mirar hacía atrás, las vistas que vamos ganando hablan por si mismas.














Algunos olivos hablan de su longevidad por los troncos que muestran








El último repechón se resiste por la tierra suelta. Ascendemos zigzagueando con esfuerzo por la pendiente, mientras nos acordamos de las campañas aceituneras, de subir esta cuesta arrastrando el mantón, el ato, las varas, ... Pronto vemos el fin, el esfuerzo obtiene recompensa.











Una curiosa piedra cuadrada labrada se encuentra en la cima, desconozco su significado,...





Ahora toca lo que toca, MIRAR, para eso hemos subido

Lo primero, nuestro anfitrión: Vilches y su cerro del Castillo con el característico Santuario




Jarabancil, el gran cerro olivarero




Sierra Morena, el collado y el cerro de la Estrella




Embalse de Guadalén, mi primer mar, Arquillos al fondo







Navas de San Juán, el Condado




El Porrosillo




Puente sobre el embalse de Guadalén




Giribaile, la Loma, ...







La presa del embalse de Giribaile y Mágina presente







Baeza en el horizonte del olivar, la mole de Mágina la atosiga





Arquillos y Navas de San Juán de una tacada.




Inconfundible, la Gran Chimenea de La Cruz




embalse de la Fernandina




y, de nuevo, donde comenzamos,...




Con lo agusto que estamos, no hay quién nos mueva




Pero toca zafarrancho, hay que bajar al camino, trochando, trochando, nos metemos junto a unas chumberas










Ya desde abajo, a pie del camino, volvemos la vista para ver de lejos nuestro precioso mirador




Y nos topamos con otra maravilla del camino, la Fuente del Algarrobo










Salimos de la fuente y comenzamos el regreso hacia Vilches por este tramo del camino que rodea al Mortero por el W










Antes de llegar, aún nos queda otra sorpresa, la Fuente Vieja










Completado nuestro circular, nos direccionamos por fin hacía Vilches, agradeciendole al Mortero el buen regusto que nos ha dejado.












EL VIDEO








DATOS TÉCNICOS


Denominación
VILCHES. CIRCULAR Y VÉRTICE DEL CERRO EL MORTERO
Fecha
22/04/2012.
Itinerario
Vilches - La Atalaya - Mortero (Vertice Geodésico) - Fuente del Algarrobo - Fuente Vieja - Vilches
Acceso
Desde la localidad de Vilches
Inicio
Vilches
Fin
Vilches
Tipo de trayecto
Circular
Tipo de firme
Carril y sin él
Estación
Primavera/Otoño/Invierno
Distancia
07,37 kmts
Dificultad
Fácil
Tiempo estimado
 2 horas  30 minutos  
Cota mínima
639 mts
Cota máxima
463 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 216mts.    Bajando: 234 mts.
Sugerencias
Hay fuentes en el recorrido, generalmente con agua corriente. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estio. No abandonar basura. No encender fuego. Crema solar.
Track
Movil
Cobertura Movistar en casi todo el recorrido. 
Mapa
Referencias
Experiencia propia




3 comentarios:

Prado Maguillo dijo...

Todos los años vamos al Mortero sobre los meses de enero o febrero pero a realizar una actividad muy diferente (ya te puedes imaginar cual es). Me ha gustado mucho ver la zona en fotos y desde el punto de vista lúdico. Un saludo.

Anónimo dijo...

Buenas tardes,

Antes de nada agradecerle el reportaje. Gracias a su ruta he podido ver las olivas de mi tia abuela, que con el tiempo pasaron a ser de mi madre, quien, por cierto, fue quien plantó la oliva que corona el cerro del Mortero y que usted menciona en su blog (llevo oyéndoselo decir con orgullo desde que era pequeño). Hoy ese terreno es el único recuerdo que nos queda de la infancia de mi madreen Vilches, junto con la casa de la plaza. Espero recorrer esos senderos muy pronto.

Un saludo.

Josep dijo...

Hola:
Cuando voy a Vilches es mi excursión preferida, junto a la de Jarabancil. Encantadora descripción.
Un saludo. J.Hervás.