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DESPEÑAPERROS (JAÉN): LOS ENIGMAS DE PIEDRA GALANA




PIEDRA GALANA: DE TABERNÁCULO PALEOLÍTICO A COVACHA DE BANDOLEROS


Como musiquea la cantilena... 


¡Ahí está, ahí está...¡






Desde que Carlos Lemaur trazó el camino por el desfiladero, millones de personas han pasado bajo sus pies y pocos han reparado en ella.












Siempre ha estado formando parte del paisaje, destacando como proel en el monte de los Órganos, erguida y altiva avisando que hemos llegado al estrecho desfiladero que separa la meseta de Andalucía. Estuvo cuando los primeros humanos se atrevieron a buscar refugio en estos impenetrables farallones. Testigo muda del estampado pétreo de símbolos indescifrables. Impávida mientras el río le labraba su herida. No se resistió a que rasaran su peana para trazar uno de los caminos más transitados del mundo (¡quién se lo iba a decir...!). Cobijó, sin rechistar, a buscavidas y forajidos llamados bandoleros románticos... Albergó los fríos inviernos de pastores venidos a las Andalucías desde las sierras profundas. Finalmente ha tenido que soportar a los curiosos que hemos pretendido, en un lapso de fruición, empaparnos de sus tesoros, de sus insuperables horizontes, de mirar cara a cara a un buitre o asistir imperterritos a esa maravillosa pinacoteca que ha merecido ser considerada patrimonio de la humanidad. Pero también ha tenido que mostrarse generosa con los estúpidos, con aquellos pintamonas que han querido y logrado al asalto, obtener notoriedad CON NOMBRES Y APELLIDOS, hay que ser estúpido, necio, malapersona y soplapollas para venir nada menos que hasta aquí con un spray, y embadurnar las paredes donde otros lo hicieron con otra intención y mejor gusto hace miles de años.
Esta calaña de vándalos terminarán por lograr que enrejen y cierren estos lugares. 












Templado el ánimo, descargada la vehemencia y la rabia contra los indocumentados que suben allí nada más que a marear la perdiz, toca disfrutar contando lo visto y lo imaginado.


Desconozco 
el significado del topónimo, aunque no hay que ser un genio para intuirlo. La encontré ya denominada de esta forma en un entrañable artículo de principios de siglo pasado firmado para Blanco y Negro por el naturalista linarense D. Mariano de la Paz Gómez y Rodriguez del que extraigo un párrafo, pero recomendando encarecidamente la lectura completa del artículo por el valor de la descripción de lugares perdidos para siempre en ese fantástico paraje de Despeñaperros.


"Hacia poniente se levantan los Órganos, 
presididos por piedra Galana, 
a unos mil metros sobre el nivel del mar; 
en dicha roca cumbre, dando la cara al Norte 
y descubriendo soberbio panorama sobre la llanura 
manchega, se abre la cueva del Retamoso, 
abrigo prehistórico hoy ocupado por los pastores, 
que lo ennegrecen con sus fogatas, 
y cuyos ganados cubren el suelo 
con una alfombra poco grata."


ABC/ByN Página 01



A pesar de lo abrupto del terreno, Piedra Galana es generosa y se entrega. Con dificultad puede accederse a sus entresijos ciclópeos, puede encumbrarse e incluso rodearse. Todo está en el riesgo que quiera apostar el visitante.





Si que advierto que todo lo que sea traspasar la gran cueva debe medirse con fino talento ya que los escarpes son de órdago.





PRIMERO (y no por ello principal...)


Bien pues, por la cueva comencemos. De pequeño escuchaba historias de lobos, de cisqueros, de furtivos que buscaban la vida en la sierra. Viviendo en la frontera que le hemos trazado, estas historias junto con los sobresaltos de la mina eran las leyendas que corrían. También escuche historias de malvados, de villanos que vivían en la dimensión de la ilegalidad pero que no todo el mundo los condenaba. Eran los bandoleros de finales del XVIII y primera mitad del XIX, los que se echaban al monte por diversos motivos, ilegales para la justicia y muchas veces comprendidos (y ayudados) por el pueblo llano. Recuerdo bien las historias de Luis Candelas, Diego Corrientes y Jose María Hinojosa "El Tempranillo". De este último, se decía que anduvo por Despeñaperros. El Rey de Sierra Morena lo llamaban.




El angosto desfiladero era un lugar propicio para que bandoleros acecharan y asaltaran diligencias, postas y todo bicho viviente que por allí pasara. Esto se comprenderá con solo echar un vistazo desde la llamada cueva de José María y que
en adelante, como se comprenderá, preferiré llamar Cueva de las Vacas del Retamoso.





Justo debajo de ella pasaba el camino a la Corte y lo que se atisba desde aquí, bien hacia el Norte, bien hacia el Sur es un mundo. Daba tiempo a escudriñar el horizonte, planear la escaramuza, bajar, apostarse donde eligieran y en un plis plas dar un golpe y desaparecer con la misma presteza.






De "El Tempranillo" , (apodo proveniente de lo temprano que se echó al monte), hay fábulas que lo sitúan en toda Andalucía. Su leyenda traspasó fronteras y sus "modus actuandi" se conocieron incluso en países de nuestro entorno. Por tanto, no es de extrañar que por aquí tenga una cueva con su nombre reconocida en los mapas oficiales (aunque con una ubicación desplazada varios cientos de metros, intuyo que Hernandez Pacheco tuvo algo que ver en todo esto), una Venta donde dicen frecuentaba para recabar información y abastecerse, biografías prestigiosas que lo sitúan en la zona e incluso quién ubica su muerte en Despeñaperros en labores de escolta tras recibir su indulto de Fernando VII. 













No seré yo quién cuestione a eminentes historiadores, biógrafos y algunos cuentistas. Otros, con argumentos inversos cuestionan que este "elemento" asomara por estos lares. El hecho es que la cueva tomo su sello y la cartografía ha terminado de cerrar la leyenda. Una vez me contaron, que le habían contado a alguien que hace años, muchos años, un vecino de la localidad de Santa Elena llamado José María, de la familia de los Merinos tuvo que echarse al monte. También se admiten correrías de la partida de los "Botijas" por Despeñaperros. Puede, si nos decantamos por otras opiniones de cronistas e historiadores sobre que "El Tempranillo" no llegó tan lejos, que nuestro bandolero romántico, José María,hasta sea autóctono y paisano, y otro le ha suplantado la "gloria". 

PERO VAMOS QUE SI LOS MAPAS DICEN QUE ESA ES LA CUEVA DEL TEMPRANILLO, NI UNA PALABRA MÁS, HASTA EL TIZNE DE LAS PAREDES ES DE CUANDO ELLOS ECHABAN LUMBRE!!!!






SEGUNDO (entrañable...)

Otros recuerdos de infancia son de cuando nuestros padres nos aerotransportaban algunos Domingos en Seat 600 a una aventura increíble en Despeñaperros, bien al Jardín, bien al Chorrillo. La caterva escolar disfrutaba como indios asaltando un fuerte. También recuerdo que súbitamente, el que mejor oído tenía gritaba: ¡UN COCHEEEEEE! Con lo cual todos al unísono, perfectamente advertidos y entrenados por los progenitores (y por la cuenta que nos traía...) nos orillábamos disciplinadamente en el casi inexistente arcén hasta que el veloz bólido cruzaba delante de nuestras narices, y de paso otro juego, adivinábamos la marca. 

Y cuento esto a razón de que hablo de los años sesenta y me refiero nada menos que a la Nacional IV. En pocos años, el tránsito se desbordó y hubo que desdoblar la carretera. Aquello supuso un avance hacia la modernidad pero también la destrucción de un valle que no volveremos a conocer. El movimiento de tierras fue tal, que la ribera del curso del río Despeñaperros desapareció para siempre como la conocíamos. Afortunadamente quedaron los impenetrables barrancos de los Arcos, de la Niebla y ese grandísimo Valdeazores para significar la joya botánica que estos lugares encierran. Lentiscos, quejigos, alcornoques, alisos, brezales, arces,... suponen un aliciente más para encaramarse y recorrer estas laderas.  

Naturalistas y botánicos eminentes eligieron Despeñaperros para sus estudios de campo. A ello se refiere por ejemplo el Dr. en farmacia y botánico D. Salvador Rivas Goday en el discurso de contestación al del Dr Francisco Bellot para su ingreso en la Real Academia de Farmacia en 1967.




"En nuestras primeras campañas por 
Sierra Morena, guiados por la singular 
denuncia del ilustre botánico, 
ya fallecido, Dr. Pío Font Quer, 
la existencia de un verdadero 
Paraíso Botánico en el Valle 
de Valdeazores, fue sin duda 
una de las localidades botánicas 
que más impacto nos hicieron. 
Ya en las alturas del valle, 
ela cúspide de Piedra Galana, 
al contemplar desde lo alto 
la fragosidad del tajo 
de Despeñaperros, la apacible 
vallonada del Collado de 
los Jardines, el Barranco de Santa Elena 
y en lontananza los alcornocales
y  brezales de La Aliseda, 
en fin, los dilatados jarales; 
en aquel país histórico, 
testigo de batallas a 
favor de la verdad de la Cruz, 
nos hizo aclamar al unísono, 
la belleza del paisaje y 
la realidad del Paraíso Botánico."



Afortunadamente aún queda donde hubo. Esos barrancos se visten de multiespecies botánicas, son aún sobrevolados por azores, buitres, aguilas,..., un paño multicolor cubre la vegetación en el otoño tardío y , entre otras maravillas, un ejercito de duendes siembra de setas el suelo cada temporada.


















TERCERO (grande, grande, grande,...)

En tercer lugar, acompañado en mi run run particular por el gran Mussorgky, escuchando de fondo cuadros para una exposición, me dispongo a recorrer y recordar los fabulosos paneles de arte rupestre que comienzan a mostrarse sin solución de continuidad nada más alcanzar el nivel de la cueva.














Uno tras otro voy plasmando con la cámara hasta llegar al
gran panel de la cueva de las Vacas del Retamoso, una mezcla de barras de simbología para mi indescifrable, pero que el curioso puede indagar en la bibliografía propuesta. La pinacoteca remata con el, por mi bautizado, panel de los estupidos donde el ímbecil mayor, el pinturero del spray, dejo su huella. Desde que el Abate Henry Breuil anduvo indagando y describiendo el arte esquemático de Despeñaperros progresivamente se han ido sumando nuevos descubrimientos. Los especialistas describen bajo Vacas del Retamoso - Los Organos trece conjuntos de pinturas, cada uno engloba varios grupos. No es lugar para describir aquí pormenorizadamente los "cuadros" que la roca nos muestra, es mejor que quién por allí se acerque vaya descubriendo meticulosamente cada rincón, agudizando la percepción visual. Desde la perspectiva del profano, visitante e intruso hay tres lugares donde es recomendable detenerse pausadamente. 

Uno de fácil acceso, junto a la cueva para contemplar el gran panel del Conjunto IV.











Siguiendo la pared, unos metros más arriba se abre un covachón que alberga el que particularmente llamo panel de los estúpidos con las pintadas en spray y grabados que se sobreponen a las originales. Sirva para reflexionar y concienciarnos de como en ocasiones nos ganamos lo que no merecemos.









Finalmente la más inaccesibles, icono del parque, llamadas por unos "los gatos", por otros "los brujos" una maravilla al aire libre, inexplicablemente bien conservadas por miles de años, contemplando el horizonte y dando la bienvenida a quién nos visita desde tierras castellanas. 
 












Y CUARTO (¡vaya remate...!)

Finalmente, la panorámica, tanto desde los poyos que se precipitan sobre el desfiladero frente a la cueva, como la que obtenemos si decidimos andorrear por las crestas cuarcíticas y pizarrosas hasta la cumbre son soberbias.







































Al otro lado del desfiladero se alza el cerro del Castillo que 
también atesora un mundo que fue, con sus farallones verticales que caen casi desde la cumbre hasta el río.





  Si nos fijamos, uno de ellos tiene una pifia en la base subsanado con un postizo de hormigón. Ya nos contó en su día el santaelenero Gabriel T., criado en este barranco, la historia de como su padre pudo detener un convoy ferroviario justo antes de que se encontrara con el desprendimiento que se había producido sobre la vía. Para sostener el entramado de pizarra le hicieron el postizo que podemos ver en la actualidad. !Curioso¡







El collado de los Jardines se intuye tras el cerro del Castillo. más abajo la conocida como cueva de los Muñecos por los exvotos allí encontrados y también saqueados. El peñón del Corzo se yergue altivo vigilante de la carretera sinuosa que lleva a Aldeaquemada, cuando esta brinca en el collado de la Ginesa también nos esconde otro tesorillo pictórico de tantos como por aquí abundan.










Al Norte la llanura manchega se difumina a lo lejos mientras que al Sur la bonita localidad de Santa Elena se alza por encima del cerro de las Baterias forjando por si misma el horizonte y abriendo paso como balcón, que lo es, a Andalucía.





Más al Este, si el dia está claro, podemos atisbar la villa de Vilches y sus inconfundible y señeros cerros de Jarabancil y Mortero.





En fin podemos gastar el tiempo hasta el aburrimiento siguiendo el ritual de los buitres al tomar una corriente 
térmica para elevarse hasta los riscales o escuchando el estruendo del ferrocarril al cruzar el puente de hierro ocultándose por el túnel que le hicieron. 









Allí, uno se siente volátil,  se confunde con el paisaje, vuela con el buitre que pasa frente a nosotros, se descoca intentando transformar las eternas pinceladas en claves comprensibles actuales y hasta planea un asalto a la diligencia que se aproxima desde Venta de Cárdenas. 









Allí, uno, es otro...





Erratas:

(1) La fotografía que muestra la posible venta de José María el Tempranillo, el error al que hace referencia el texto está relacionado con La Carolina y no con Miranda.

(2) La fotografía en la que se aprecia Vilches, creo que el embalse que se aprecia es Guadalén y la localidad en el horizonte Navas de San Juán y no Ibros. Cuestión de perspectiva...



LA RUTA


Desde la descuidada área recreativa al inicio del barranco de la Niebla, junto a la carretera y túnel ahora con poco uso, podemos iniciar la marcha por un senderillo ténuemente marcado junto a la embocadura del arroyo, desde aquí cruzando el arroyo ascenderemos la ladera continuando las marcas de spay azules y rosas que alguien se ha encargado de de detallar.








Igualmente podemos ascender de manera más directa por las escalerillas que arrancan en la curva del primitivo camino de Lemaur que el túnel evitó al ponerse en servicio.








De cualquier forma ambas rutas coinciden encima del túnel, junto a unos resaltes rocosos. Desde aquí continuaremos las marcas de colores o los hitos existentes hasta alcanzar por una sutil senda la explanada que precede al abrigo de las Vacas del Retamoso.



















Encaramados a la primera planta de esta Galana podemos movernos libremente, con las precauciones contenidas en las sugerencias. 




EL VÍDEO







DATOS TÉCNICOS


Denominación
LOS ENIGMAS DE PIEDRA GALANA
Fecha
31/07 y 10/08 de 2013
Itinerario
Barranco de la Niebla (Túnel) - Cueva (abrigo) de las Vacas del Retamoso - Abrigos rocosos y pinturas rupestres.
Acceso
Desde la descuidada área recreativa al inicio del barranco de la Niebla, junto a la carretera y túnel ahora con poco uso, podemos iniciar la marcha por un senderillo ténuemente marcado junto a la embocadura del arroyo, desde aquí cruzando el arroyo ascenderemos la ladera continuando las marcas de spay azules y rosas que alguien se ha encargado de de detallar. Igualmente podemos ascender de manera más directa por las escalerillas que arrancan en la curva del primitivo camino de Lemaur que el túnel evitó al ponerse en servicio. De cualquier forma ambas rutas coinciden encima del túnel, junto a unos resaltes rocosos. Desde aquí continuaremos las marcas de colores o los hitos existentes hasta alcanzar la explanada que precede al abrigo de las Vacas del Retamoso.
Inicio
Barranco de la Niebla
Fin
Abrigo de las Vacas del Retamoso
Tipo de trayecto
Lineal 
Tipo de firme
Senda  
Estación
Primavera/Otoño/Invierno/Verano
Distancia
01,13 kmts
Dificultad
Moderado
Tiempo estimado
30 min   
Cota mínima
675 mts
Cota máxima
812 mts
Desnivel acumulado
Subiendo: 137 mts.    Bajando: 137 mts.
Perfil
Sugerencias
No encontraremos agua en el trayecto, podemos abastecernos a un par de kilómetros, en la fuente del Jardín. Evitar las horas centrales del día, especialmente en el estío y usar crema solar pues la ruta está desprotegida de sombra en gran parte.  Si se decide continuar más allá del abrigo de las Vacas del Retamoso se debe ir acompañado de alguien conocedora de la zona ya que el entorno es abrupto y muy peligroso. Riesgo de precipitación al vacío  Riesgo de desprendimientos. No abandonar basura. No encender fuego. Utilizar calzado específico de montaña. Evitar encarecidamente con humedad, al haber zonas de umbría se torna resbaladizo. 
Mapa
Track
Movil
Cobertura Movistar en casi toda la zona, salvo lugares de abrigos o pliegues que impidan alcanzar una correcta señal.
Mapa
Foro
LA RUTA EN EL FORO TURISMO EN CAZORLA
Referencias

1 comentario:

Ángel Rodríguez dijo...

Hola Galeno, muy buena prosa en tus artículos pero, creo que te has quedado corto en calificar a esos terroristas patrimoniales y medioambientales.

Yo siempre que veo cualquier demostración de arte cutre popular, me entra la vena romántica y me asalta la remembranza de una buena pestuga de oliva, como me divertiría.
Un saludo