SIERRA DE LAS VILLAS (JAÉN): POR EL GUADALQUIVIR (II); DEL PUENTE ORTEGA AL PUENTE DE LOS AGUSTINES

LOS PUENTES DEL GUADALQUIVIR

La necesidad de comunicarse, de abandonar la autarquía serrana en varios momentos determinados del año, hizo que los serranos buscaran la mejor manera de salir de sus lugares de vida y trabajo. En ocasiones no era fácil, tajos, montañas, precipicios...eran obstáculos físicos para el trasiego, otras veces, como la que nos ocupa, era la corriente fluvial del río Grande la que determinaba el impedimento. Al principio buscaron los vados por donde estrecheces del río o remansos del caudal permitían el paso de una a otra orilla sin demasiada complicación, para las personas y los animales que dirigían. No era infrecuente que las riadas detuvieran el paso jornadas enteras, incluso días, lo que suponía un grave contratiempo. para evitar estas dificultades le hicieron al río algunos pasos elevados, puentes por los que cruzar incluso cuando viniera revuelto. En el tramo que recorreremos hay cuatro puente y un vado natural que sirvieron para que el trasiego de la sierra fuera fluido. Actualmente, de los cuatro puentes, sólo dos permiten el tráfico de vehículos, el puente Ortega y puente de los Agustines, el primero da acceso mediante carriles olivareros al valle de Chincoya y al barranco del Lobo, el segundo a la sierra profunda mediante su carretera transversal. Los otros dos, el de la venta del Cardaor o puente Rompecalzas y el de la venta de Saro o de la Desideria, gemelos entre sí, son sólo peatonales aunque permitieron el paso en su época tanto a personas como a bestias.

LA RUTA

Comenzamos en el conocido puente Ortega, junto a la Venta del Pino, paso que vino a sustituir al arruinado puente Campos tras una gran riada. Al cruzar encontramos un carril de buen firme que seguiremos a la izquierda y que no abandonaremos hasta nuestro destino. 

Ignoraremos un par de carriles que se nos despegan a la derecha y tranquilamente, entre el olivar serrano y algún cortijo disperso, avanzaremos con buenas vistas de los farallones que circundan el valle que cruzamos. 

En un momento dado tendremos que rodear un cortijo que nos quedará a la izquierda y nos separará en un corto tramo del Guadalquivir, que retomaremos más adelante. 

Comenzaremos a atravesar zonas de monte que se alternarán con olivares. Si vamos atentos, ya cerca de royo Chillar veremos al otro lado del río una cortijada notable y un sendero que se desprende a la izquierda en descenso hacia el río y que nos llevará al puente Rompecalzas, peatonal, que daba paso a la venta del Cardaor o de Melquiades y que se encuentra en un estado deplorable, con riesgo incluso para quienes lo cruzan. 

Pronto el camino nos lleva hacia adentro, a la derecha, pero no dejamos de escuchar el ruido del agua, sabremos que hemos llegado a la desembocadura del precioso royo Chillar. Debemos estar atentos ya que a la izquierda encontraremos un vado, siempre antes de llegar al cortijo de royo Chillar, el primero de la serie de este cauce. Cruzaremos y continuaremos por un carril que en fuerte ascenso nos lleva hasta un colledete que nos permite ver al otro lado el cortijo de la capaora, ahora llamado para el turismo cortijo de los Lomas. Nuestro camino continúa, ahora descendiendo todo lo que subimos para situarse casi al nivel del río, a la altura de la desembocadura de royo Natao donde en época de buen cauce se divisa una preciosa cascada; por encima tendremos los acantilados de las Palomas. 

El camino hace un giro de noventa grados a la derecha para comenzar a ascender suavemente, primero entre monte y pegado al río, y más tarde entre olivas pasando por la casilla del mulero de la Venta de Saro, allí vivieron Salomé y Marta y criaron once hijos. 

Más adelante llegaremos a la ruinas del viejo molino aceitero de Saro que cesó su actividad debido a un incendio que destruyó todo. 

En este punto podemos tomar un senderillo poco marcado que nos bajará al río a la altura del puente de Saro. 

También en este punto confluimos con el GR 247 Bosques del Sur, que nos acompañará hasta nuestro destino que ya no queda lejos. El carril desciende lo ganado en altura, pasando por una fuentecilla y un par de rezumes que dejan huella en el camino, a la izquierda, sobre nosotros se perciben las cascadas de los Caballeros que derraman el agua tomada en la inmensa cañada al río Grande. 

En un plis plas llegamos a un viejo puentecillo que nos cruza royo María, uno de los cursos fluviales más enigmáticos y montañeros de la Sierra. Unos metros más adelante, el carril desemboca en asfalto, es la señal de que hemos llegado a nuestro destino pués allí mismo cruzaremos el puente de los Agustines dando por finalizado nuestro periplo. 

Cerca podemos disfrutar del increíble y paradisiaco lugar llamado Charco del Aceite.

EL VÍDEO

DATOS TÉCNICOS



Denominación: SIERRA DE LAS VILLAS (JAÉN): POR EL GUADALQUIVIR (II); DEL PUENTE ORTEGA AL PUENTE DE LOS AGUSTINES

Localización: Puente Ortega (Venta de El Pino) - Vado de Arroyo Chillar - Puente de los Agustines (Charco del Aceite) por el margen izquierdo del Guadalquivir (Sierra de las Villas)

Fecha: 01.08.2010 y 09.05.14

Acceso: JH-7048, carretera de Vva. del Arzobispo - El Tranco. A la altura de la conocida Venta de El Pino.

Inicio: Puente de Ortega (Venta de El Pino)

Fin: Puente de los Agustines (Kiosco Mermecino)

Tipo de trayecto: Lineal

Tipo de firme: Carril

Estación: Primavera/otoño/Invierno

Distancia: 10,94 km

Dificultad: Media

Tiempo estimado: 3 h

Cota mínima: 516 msnm

Cota máxima: 568 msnm

Desnivel: 211 mts

Sugerencias: No hay fuentes en el camino.

Track: WIKILOC 

Móvil: Cobertura Movistar en casi todo el recorrido.

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BIBLIOGRAFÍA: Experiencia propia