CAPRICE DES DIEUX
Allí estaba, escondido tras el último pináculo, tras el Aguilón de la Ventana. Aparición fantasmagórica, paredón enhiesto, talud abismal. Sobrecogedora visión del Picón del Guante coronado por diminutas figuras que caminan por el filo desafiando al precipicio. No creo que pueda olvidar jamás esta imagen. Dicen que la primera vez nunca se olvida, este primer encuentro cara a cara con el coloso, con este erecto picacho fue, sin duda, una visión pasmosa y, como no, hermosa.
Ganas había, algún que otro intento infructuoso nos había dejado por el Garbanzal con la miel en los labios, sobre el papel todo estaba estudiado y cuidádamente precisado. Este día, a pesar de la incertidumbre de las primeras horas, era el día perfecto,... si escampaba.
Cabalgamontañas diversos, gente incomparable de lugares distantes y distintos, algunos con muchas horas de vuelo por estas crestas, otros primerizos, todos con unas ingentes ganas de disfrutar recorriendo los precipicios y abismos de esta montaña, cuerda para unos, cordillera para otros, magnánima montaña al fin y al cabo.
Agrios[1], el Agreal le otorgaron los serranos. Vil topónimo que no hace sino resaltar la difícil marcha que supone transitar este abrupto lapiaz. Por ello, por aquí no hay senda que valga, solo el paso firme nos permitirá disfrutar del recorrido, sobrevolar los barrancos del moro y de extremera por el filo de la navaja, por una áspera cresta, alcanzar tres cumbres emblemáticas y descender todo lo subido en un santiamén por un cuasimposible plano inclinado...
Y en ello, un trío de ases. Una terna de colosos verticales que destacan en el horizonte. Tres mellizos, y como buenos mellizos bien diferentes, rotundamente reconocibles. En el centro, si miramos desde Quesada, su mirador natural y presidiendo, el dedo que señala el cielo, el picón del Guante, arista de belleza descomunal, casi impenetrable. A la izquierda, Villalta (en los mapas escritos)o Aguilón de la navilla (en los mapas no escritos), al fin y al cabo aquél cerro del que cuentan los que le contaron que un día un quesadeño del Garbanzal se quedó extasiado de la belleza con que la luna aparecía por su cumbre, y quiso acariciarla. Allí subió y allí se quedó envuelto en su romántica locura, desde entonces, merecidamente, se le conoció como el cerro del loco, el Aguilón del loco. Finalmente, a la derecha el cabezón, la mole, el peñón del Rayal que abre (o cierra) la cañada de Tiscar .
Caprice des dieux al fin y al cabo...
[1] A propósito del topónimo Agrios: Cuerda de los Agrios o Agreal parece hacer referencia al tramo que abarca desde puerto Lorente o más precisamente desde el nacimiento del Guadalquivir allí por la Cañada de las Fuentes hasta el cerro Villalta o Aguilón del loco. El resto hasta los Picones, recibiría el nombre de cuerda del Rayal. Sierras de Cazorla Segura y las Villas. Guía del excursionista. Martín Fernández, E. Toponímia y etnografía serranas. Comarca Sierra de Cazorla. Nieto Ojeda, R.
LA RUTA
Partimos de la explanada existente en los Picones, entre el torreón del puerto de Tiscar y el Rayal. Antes la fotografía del grupo presintiendo que no volveríamos a estar al completo en el resto de la ruta, como así fue.
Tomamos buen camino por la pista que se entrecruza con el cordel que podemos seguir hasta el Gilillo. Ganamos rápidamente altura dejando a nuestra izquierda los “volaeros” primero y los calares de la bujea después. Al llegar al tornajo de la fuente de las tres pilas comienza a envolvernos un acogedor pinar por donde aparecen y desaparecen con la niebla los "frailes" serranos que hoy cuidan nuestro rumbo.
Bajo la corona del Rayal, alcanzamos la Bujea donde el camino se desdobla, instigados por Mingo tomamos el Cordel para calentar las piernas. Tras una exigente subida por la loma de los Robles, alcanzamos una meseta, estamos justo bajo el picón del Guante, en la morra de los Arenales. A pesar de impedirnos la niebla el poder contemplarlo se presiente su grandiosidad. Una breve bajada nos deja de nuevo en la pista que abandonamos con anterioridad, de aquí a collado Valiente un salto
Descanso y ruegos subliminares a los dioses de estas montañas para que nos permitan completar nuestros propósitos. Allí, bajo el peñón del “contaero” con vistas a nuestro cerro del Loco, tomamos fuerzas e ímpetu para afrontar decididamente la conquista de los tres colosos. El cielo empieza a dar buenas noticias.
Continuamos un suave descenso durante unos trescientos metros por la pista que, de seguirla, nos llevaría hasta Puerto Lorente y en un barranquillo a nuestra derecha (hito) tomaremos una senda bien visible que nos dejará a los pies de nuestro primer destino, en la morra de la navilla. Intentamos sin fruto obtener una panorámica del valle, las nubes circulan deprisa levantándose, pero aún son muy densas. Arriba la caballería ligera ya ha tomado posiciones.
No hay más que pensar y arreando por donde aquél loco valiente, o solamente loco, quiso pero no pudo conquistar su deseo. Unos directamente, otros colándose por la raja, alcanzamos las últimas crestas del Agrial llegando con esfuerzo los 1954 metros que lo coronan. Por fin el AGUILÓN DEL LOCO.
La celebración estaba servida, los alborotadores murcianos y poceños animaron decididamente la conquista.
Pasada la algarabía, cada uno pudo reflexionar sobre lo admirable de lo que nos rodeaba, lo que podía alcanzar nuestra mirada difícilmente tendría cabida en estos párrafos, pero si que se respiraba un feeling unánime: ESTO ES GRANDE.
Pico Cabañas
Collado Trabino
Cañada de Tiscar a la altura del collado Trabino
Lo que nos quedaba...
Poco a poco, renqueantes, no se si pensando en lo que nos esperaba o por lo bien que allí se estaba, comenzamos a conformar la serpiente multicolor que adornaba el horizonte y que producía un contraste sublime entre lo diminuto de sus componentes y lo grandioso del entorno. Ahora tocaba caminar por los filos. Nuestros ruegos se habían hecho realidad: escampaba a buen ritmo.
Una rotunda bajada paralelos a la cañada de Tiscar nos aleja progresivamente del collado de Trabino a la altura del mismo Aguilón. Por allí enfrente, la loma de Cagasebo y los Callejones. Al fondo el estoico Cabañas, el Buitre, la Tableta,... Pero poco más porque hay que mirar constantemente donde se pisa, duro y tortuoso camino.
Por fin el colaero para la Navilla, en realidad el Contaero (probablemente se destinaba esta buena y amplia nava para contar el ganado). En la bajada unos laricios portentosos, castigados al rastreo como defensa por las condiciones climatológicas que soportan en este portillo. Atravesamos la Nava y nos encaminamos hacia la segunda corona del día, para mi la más sorprendente y asombrosa.
Aguilón del Loco visto durante el ascenso al Picón del Guante
Recorrido realizado
Antes deberemos alcanzar el Aguilón de la Ventana, preludio a la sinfonía montañera que nos espera. Allí, al coronarlo, una abismal visión se nos aparece, acrecentada por los claroscuros del día. Una sucesión de hormigas multicolores lo surcan y rematan. Grande PICÓN DEL GUANTE. Solo por encontrarse esta representación merece repetir cien veces.
La ventana de la que toma el nombre el Aguilón que preludia el momento más emocionante de la ruta
La cresta impensable e imposible...
Pero, ¡por fin! esto también se puede.
El cabezón, la mole pétrea, el más pequeño de los mellizos pero no por ello más imponente y bello nos espera desafiante
Antes, un nuevo filo, el del Rayal, que nos llevará por encima de las Torcas y el collado del Buje hasta el rotundo peñón
El Rayal a tiro de piedra
Atrás lo que hemos dejado por el camino...
Y otra vez la fiesta. Se lo merecía, sin duda
Los tres...
A poco de volcar el Rayal en dirección a los Picones, ya divisamos donde dejamos los vehículos, pero para conseguirlos aún nos quedaba una última prueba de fuego, descender por el Atochar primero, visitar las simas de la zona y posteriormente por el descarnado pecho de las ardillas alcanzar la pista que en la mañana nos condujo a esta exquisita e inolvidable tournee,
¡S-A-T-I-S-F-A-C-T-I-Ó-N!!!!!!!!!!
TODO FUE MARAVILLOSO, PERO LO MEJOR...
¡LA COMPAÑÍA!!!!!!!!!!!!!!!
GRACIAS A TODOS.
VÍDEO
DATOS TÉCNICOS
Denominación
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TRIO DE ASES: AGUILÓN DEL LOCO - PICÓN DEL GUANTE - RAYAL
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Fecha
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08 /06/2013
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Itinerario
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Los Picones - los volaeros - Barranco extremera - las bujeas - collado Valiente - Villalta (Aguilón de la navilla o del Loco) - Navilla alta - Picón del Guante - Las torcas - Rayal - pecho de las ardillas - simas - los Picones
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Acceso
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Desde Quesada en dirección a Pozo Alcón por la C-323, pasado el puerto de Tiscar, a 500 mts sale un carril que tras un kilómetro nos dejará en la explanada de los Picones, punto de inicio y finalización de la ruta.
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Inicio
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Los Picones
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Fin
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Los Picones
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Tipo de trayecto
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Circular
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Tipo de firme
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Sendero, jorro, pista, lapiaz
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Estación
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Primavera/Otoño/
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Distancia
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15 kmts
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Dificultad
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Alta - Muy Alta
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Tiempo estimado
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9 horas
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Cota mínima
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1.155 mts
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Cota máxima
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1.959 mts
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Desnivel acumulado
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Subiendo: 1.244 mts. Bajando: 1.244 mts.
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Perfil
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Sugerencias
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Agua solo al inicio en los tornajos del barranco Extremera. Usar protección solar. Buen calzado, domado. Es recomendable el uso de dos bastones. En algunos puntos concretos hay que usar las manos para realizar pequeñas trepadillas.
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Mapa
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Track
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Movil
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Cobertura Movistar y Vodafone baja en todo el recorrido.
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Mapa
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Foro
| La RUTA en el FORO TURISMO EN CAZORLA |
Referencias
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Ruta multitudinaria dirigida y planificada por Angel del Barrio (Sansón).
Sierras de Cazorla Segura y las Villas. Guía del excursionista. Martín Fernández, E. Toponímia y etnografía serranas. Comarca Sierra de Cazorla. Nieto Ojeda, R. |
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